Desde las máscaras y túnicas que utilizaban los griegos como precursores
del teatro occidental, el tratamiento del vestuario en escena ha sufrido
importantes variaciones en función de la evolución de la propia humanidad. Uno
de los aspectos fundamentales del vestuario en escena en aquellos inicios era
el color y el material con que estaban confeccionados los trajes como
verdaderos símbolos para definir los personajes y hasta la propia
dramaturgia de las obras representadas. Desde aquel teatro clásico, pasando por
el medieval y los siglos del renacimiento el traje escénico ha sufrido
variación en función del estilo y dramaturgia de las puestas en escena; pero no es la pretensión
desde aquí hacer historicismo al respecto.
Figurinistas y técnicos de realización del vestuario son los
profesionales involucrados en esta tarea que puede alcanzar tal magnitud en la
producción que incluso a veces se suele recurrir a los grandes diseñadores de moda para
prestigiar las representaciones. Dentro de las técnicas de vestuario incluyo también a
la secciones de peluquería, zapatería y maquillaje.
Según se trate de teatro realista o de verosimilitud y hasta llegar a la
gran revolución escénica de la vanguardia surgida con los Ballets Rusos de Diaghilev, la ropa
en escena puede cumplir muchas funciones y también cuenta historias; quizás la
mayor función es la evocadora: momento histórico, geográfico, cultura, oficios,
estados de ánimos y un largo etcétera en donde a veces se incluye la propia
expresión del personaje y gestos.
Como suele suceder a lo largo de la historia, no nos podemos olvidar ni siquiera en este
tema, el de los usos y modas de cada época donde el vestuario y la propia
desnudez formarán parte del hecho escénico. Pero mucho más allá está la
magia de la teatralidad que es capaz de crear el vestuario y trasvasar incluso los límites de lo
imaginable, creando verdaderos mundos a veces irreconocibles.
Desde Noverre que nos sugería -en “Cartas sobre la danza y los ballets”- la idea de la
búsqueda de un espectáculo completo e integrado, muchos son los artistas que tuvieron las miras de que cada elemento de la representación tuviera que ver
con el sentido que intentaba transmitir un espectáculo. A veces por falta de
talento y en muchos casos por falta de medios (sobre todo económicos), el tema del vestuario es algo que
también suele no adecuarse a las necesidades ni de la idea, ni de los
intérpretes o de las posibilidades expresivas que éste representa.
Como suele suceder algunas obras escénicas de los grandes
creadores e innovadores han servido y seguirán sirviendo para abrir sendas a la
creatividad para otras generaciones; sin embargo a veces se limitan solo a copiar formas y no
conceptos expresivos.
He aquí algunos ejemplos que me resultan recurrentes por el acierto de
medios expresivos del vestuario utilizado aunque hay muchos más creadores para
que sigamos conociendo con respecto a este tema... Bienvenido a esta velada...