domingo, 27 de octubre de 2019

Conmovedora versión de “Giselle” en el Teatro Real de Madrid – Por Sergio Cardozo Perot

Foto: Sergio Cardozo
Con mi cabeza impregnada de imágenes que circularon por las redes de esta versión del ballet clásico romántico por excelencia, deseando la llegada de este espectáculo a los escenarios madrileños, jamás pensé que una obra de estas características desde la visión del coreógrafo AKRAM KHAN pudiera conmoverme hasta las lágrimas.

Producida por el English National Ballet, que dirige nuestra querida TAMARA ROJO, subió al escenario del Teatro Real de Madrid los días 10 al 12 de octubre, con doble función el último de ellos. Y allí estuvimos en primera fila, en la penúltima representación.

Si tras el primer acto salí corriendo hacia la Plaza de Oriente con el corazón desbordante a tomar mis primeras notas para esta crónica, volví a repetirlo al acabar la función, para colmar las páginas de halagos adjetivables para lo que acababa de ver y escuchar. Entre mis trajines y despistes habituales perdí mi blog de notas, pero lo que realmente tengo claro es que perdurarán por mucho tiempo las emociones experimentadas ante la espectacular magia a la que transporta este espectáculo.

Si el gran muro escenográfico que los propios bailarines van apartando para que no se caiga encima del espectador, vislumbra que algo impactante está por suceder. Ni siquiera imaginas que, al finalizar la obra, y con ese muro plagado de huellas aún en pie, te dejará paralizado e incrustado en tu butaca hasta que reaccionas porque es el momento de ponerse en pie y sumarte a la ovación con el que el respetable le está ofreciendo.





Sin duda alguna, una producción que estará en las líneas de nominados a los próximos premios Benois de la Dance, y estaremos al tanto. Pero seguro que esta “Giselle” quedará por siempre en la historia de la danza.

Pero aquí va la crónica, al margen de mis notas extraviadas…

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Foto: Sergio Cardozo
Un par de días antes del estreno, acudí a la atiborrada rueda de prensa donde se presentarían los anfitriones del evento. 

Acompañaron a TAMARA ROJO en la presentación Ignacio García-Belenguer y Joan Matabosch, directores general y artístico del Teatro Real, respectivamente, Víctor García de Gomar, director artístico del Gran Teatro del Liceu de Barcelona y la presencia del patrocinador de la Fundación Santander.

Como parte del programa de talentos desarrollado por el British Council, el día 11 de octubre, en la sala de ballet del Teatro Real, se ofreció una masterclass a cargo de Loipa Araujo, directora artística asociada del English National Ballet.

Desde que Tamara Rojo llegara a la dirección del ENB en 2012, "ha centrado gran parte de sus esfuerzos en revitalizar el repertorio, buscando otras lecturas y nuevas emociones en los clásicos para mantenerlos vivos y cercanos al público de hoy. De este empeño personal, ha nacido esta Giselle"

Más de dos años se tardaron en el proceso de creación para ofrecernos esta espectacular versión firmada por el coreógrafo AKRAM KHAN junto a un gran equipo artístico en todas sus vertientes: música, escenografía, vestuario e iluminación, que no dejan lugar a dudas de la magnitud que existe en la trastienda. Pero de esos detalles y anécdotas puedes ser partícipe, escuchando la rueda de prensa completa, cuyo enlace dejo al final de esta crónica, disponible en las redes de Facebook.

Esta nueva visión, revisión o reinterpretación del cuentito de Giselle, esa niña campesina que se enamora hasta la locura por despecho de su enamorado y la sumerge en el mundo de las Willis o del hades vagando como espíritus de novias que mueren antes de casarse, se convierte en una mujer más real de nuestro tiempo. Ya no es tan inocente y se presenta como una mujer valiente, e incluso embarazada; en la que no es solo líder en lo terrenal sino también al enfrentarse al más perverso poder terrenal e incluso al espiritual.

Y este gran drama romántico resiste y engrandece su dramatismo en esta nueva versión. No dejes de verla si se te cruza en tu camino (en lo posible en una ubicación centrada y lo más cercana posible), porque ante una obra como ésta, aunque no seas entendedor de danza, te llenará el alma.

"Akram Khan ha transformado la historia de la joven campesina, obligando a los hombres a bailar hasta morir extenuados en otra historia diferente. Aparece la lucha de clases, el paro, la injusticia social, la picaresca incluso; Giselle abandona su inocencia para convertirse en una líder dentro de su comunidad y una mujer llena de firmeza y seguridad; aunque las dos giselles, la clásica y la de Akram Khan, comparten su amor infinito y una generosidad que va más allá de la muerte"

Vuelvo a confirmar ese dicho que dice: “Lo menos, es más”.

Desde la monocromática puesta de escenografía y vestuario, del virtuosismo y capacidad de interpretación de sus protagonistas, donde cada gesto, cada mirada adquiere el simbolismo necesario para entender la narrativa.

De la genial fusión del lenguaje clásico y las simples posiciones de manos y contorsiones de la danza kathak, que en la repetición casi obsesiva te absorbe al terreno necesario para completar la escena de lo que está pronto a suceder. Un impecable e increíble trabajo del cuerpo de baile, que no cesa en su devenir de carreras, bailes o quietud, para trasladarte en cada escena, a una fiesta, una batalla, un conjuro o el ritual entre la vida y la muerte.

LOS PAPELES PROTAGÓNICOS FUERON
Tamara Rojo en el estreno y en la última representación, y las primeras bailarinas Erina Takahashi (día 11) y Alina Cojocaru (día 12 a las 17.00).
Los roles principales masculinos, Albrecht e Hilarión, a cargo de James Streeter y Jeffrey Cirio (10 y 12 a las 21.00h), Aitor Arrieta y Erik Woolhouse (día 11) e Isaac Hernández y Ken Saruhashi (12 a las 17.00).

FICHA ARTÍSTICA
Director y coreógrafo: Akram Khan. Música y diseño de sonido: Vincenzo Lamagna. Partitura original: Adolphe Adam. Dirección musical y Orquestación: Gavin Sutherland. Diseñador visual y figurinista: Tim Yip. Dramaturga: Ruth Little. Iluminador: Mark Henderson. Orquesta Titular del Teatro Real de Madrid.

Recuerdo, a pesar de las notas extraviadas, que además de la emoción, albergué otra vez la esperanza de la unión y solidaridad de las que son capaces las ARTES, mucho más allá de las geografías y poderes políticos, en este caso a través un “mero” espectáculo de DANZA.

El Ballet Nacional Inglés (con más de 17 nacionalidades de bailarines), dirigido por TAMARA ROJO (española), coreografía de Akram Khan (bangladesí), música de Vincenzo Lamagna (italiano), diseños de Tim Yip (chino), orquestación de Gavin Sutherland (inglés). Más la interpretación, en la función que asistí, de Isaac Hernández (mexicano), Alina Cojocaru (rumana), Ken Saruhashi (chino). Más la colaboración entre Madrid, Cataluña y el British Council, hablan más que a las claras de la capacidad del ARTE de trascender dichas fronteras, por si hay aún algún ignorante que dude de ello.

Por todo ello, desde DANZARIA, seguimos disfrutando y apostando por EL ARTE.

ENLACE DE INTERÉS

A todos los que trabajan por el arte y la danza, a los que crean y a los que bailan: ¡muchas gracias!

Gracias por compartir y seguir este blog. Bienvenido a cualquier comentario o sugerencia: Sergio.

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2 comentarios:

  1. Tus descripciones y el poco tiempo del vídeo me han hecho disfrutar minutos de una original y actualizada versión.
    Coincido plenamente en que el Arte une lenguajes de todo tipo y transforma sociedades. Gracias

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