Foto: Sergio Cardozo |
Producida por el English National Ballet, que dirige nuestra querida TAMARA ROJO, subió al escenario del Teatro Real de Madrid los días 10 al 12 de octubre, con doble función el último de ellos. Y allí estuvimos en primera fila, en la penúltima representación.
Si tras el primer acto salí corriendo hacia la Plaza de
Oriente con el corazón desbordante a tomar mis primeras notas para esta
crónica, volví a repetirlo al acabar la función, para colmar las páginas de
halagos adjetivables para lo que acababa de ver y escuchar. Entre mis
trajines y despistes habituales perdí mi blog de notas, pero lo que realmente
tengo claro es que perdurarán por mucho tiempo las emociones experimentadas
ante la espectacular magia a la que transporta este espectáculo.
Si el gran muro escenográfico que los propios bailarines van
apartando para que no se caiga encima del espectador, vislumbra que algo
impactante está por suceder. Ni siquiera imaginas que, al finalizar la obra, y
con ese muro plagado de huellas aún en pie, te dejará paralizado e incrustado
en tu butaca hasta que reaccionas porque es el momento de ponerse en pie y sumarte
a la ovación con el que el respetable le está ofreciendo.
Sin duda alguna, una producción que estará en las líneas de
nominados a los próximos premios Benois de la Dance, y estaremos al tanto. Pero
seguro que esta “Giselle” quedará por siempre en la historia de la danza.
Pero aquí va la crónica, al margen de mis notas extraviadas…
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Foto: Sergio Cardozo |
Un par de días antes del estreno, acudí a la atiborrada rueda
de prensa donde se presentarían los anfitriones del evento.
Acompañaron a TAMARA ROJO en la presentación Ignacio García-Belenguer y Joan Matabosch, directores general y artístico del Teatro Real, respectivamente, Víctor García de Gomar, director artístico del Gran Teatro del Liceu de Barcelona y la presencia del patrocinador de la Fundación Santander.
Acompañaron a TAMARA ROJO en la presentación Ignacio García-Belenguer y Joan Matabosch, directores general y artístico del Teatro Real, respectivamente, Víctor García de Gomar, director artístico del Gran Teatro del Liceu de Barcelona y la presencia del patrocinador de la Fundación Santander.
Como parte del programa de talentos desarrollado por el
British Council, el día 11 de octubre, en la sala de ballet del Teatro Real, se
ofreció una masterclass a cargo de Loipa Araujo, directora artística asociada
del English National Ballet.
Desde que Tamara Rojo llegara a la dirección del ENB en
2012, "ha centrado gran parte de sus esfuerzos en revitalizar el repertorio,
buscando otras lecturas y nuevas emociones en los clásicos para mantenerlos
vivos y cercanos al público de hoy. De este empeño personal, ha nacido esta
Giselle"
Más de dos años se tardaron en el proceso de creación para
ofrecernos esta espectacular versión firmada por el coreógrafo AKRAM KHAN junto a un
gran equipo artístico en todas sus vertientes: música, escenografía, vestuario
e iluminación, que no dejan lugar a dudas de la magnitud que existe en la
trastienda. Pero de esos detalles y anécdotas puedes ser partícipe, escuchando
la rueda de prensa completa, cuyo enlace dejo al final de esta crónica,
disponible en las redes de Facebook.
Esta nueva visión, revisión o reinterpretación del cuentito
de Giselle, esa niña campesina que se enamora hasta la locura por despecho de
su enamorado y la sumerge en el mundo de las Willis o del hades vagando como
espíritus de novias que mueren antes de casarse, se convierte en una mujer más
real de nuestro tiempo. Ya no es tan inocente y se presenta como una mujer
valiente, e incluso embarazada; en la que no es solo líder en lo terrenal sino
también al enfrentarse al más perverso poder terrenal e incluso al espiritual.
Y este gran drama romántico resiste y engrandece su
dramatismo en esta nueva versión. No dejes de verla si se te cruza en tu camino
(en lo posible en una ubicación centrada y lo más cercana posible), porque ante
una obra como ésta, aunque no seas entendedor de danza, te llenará el alma.
"Akram Khan ha transformado la
historia de la joven campesina, obligando a los hombres a
bailar hasta morir extenuados en otra historia diferente. Aparece la lucha de
clases, el paro, la injusticia social, la picaresca incluso; Giselle abandona
su inocencia para convertirse en una líder dentro de su comunidad y una mujer llena
de firmeza y seguridad; aunque las dos giselles, la clásica y la de Akram Khan,
comparten su amor infinito y una generosidad que va más allá de la muerte"
Vuelvo a confirmar ese dicho que dice: “Lo menos, es más”.
Desde la monocromática puesta de escenografía y vestuario, del virtuosismo y
capacidad de interpretación de sus protagonistas, donde cada gesto, cada mirada
adquiere el simbolismo necesario para entender la narrativa.
De la genial fusión
del lenguaje clásico y las simples posiciones de manos y contorsiones de la
danza kathak, que en la repetición casi obsesiva te absorbe al terreno necesario
para completar la escena de lo que está pronto a suceder. Un impecable e
increíble trabajo del cuerpo de baile, que no cesa en su devenir de carreras,
bailes o quietud, para trasladarte en cada escena, a una fiesta, una batalla,
un conjuro o el ritual entre la vida y la muerte.
LOS PAPELES PROTAGÓNICOS FUERON
Tamara Rojo en el estreno y en la última representación, y las
primeras bailarinas Erina Takahashi (día 11) y Alina
Cojocaru (día 12 a las 17.00).
Los roles principales masculinos, Albrecht e Hilarión, a
cargo de James Streeter y Jeffrey Cirio (10 y 12 a las 21.00h), Aitor Arrieta y
Erik Woolhouse (día 11) e Isaac Hernández y Ken Saruhashi (12 a las 17.00).
FICHA ARTÍSTICA
Director y coreógrafo: Akram Khan. Música y diseño de
sonido: Vincenzo Lamagna. Partitura original: Adolphe Adam. Dirección musical y
Orquestación: Gavin Sutherland. Diseñador visual y
figurinista: Tim Yip. Dramaturga: Ruth Little. Iluminador: Mark Henderson. Orquesta
Titular del Teatro Real de Madrid.
Recuerdo, a pesar de las notas extraviadas, que además de la
emoción, albergué otra vez la esperanza de la unión y solidaridad de las que
son capaces las ARTES, mucho más allá de las geografías y poderes políticos, en
este caso a través un “mero” espectáculo de DANZA.
El Ballet Nacional Inglés (con más de 17 nacionalidades de
bailarines), dirigido por TAMARA ROJO (española), coreografía de Akram Khan (bangladesí),
música de Vincenzo Lamagna (italiano), diseños de Tim Yip (chino), orquestación
de Gavin Sutherland (inglés). Más la interpretación, en la función que asistí,
de Isaac Hernández (mexicano), Alina Cojocaru (rumana), Ken Saruhashi (chino).
Más la colaboración entre Madrid, Cataluña y el British Council, hablan más que
a las claras de la capacidad del ARTE de trascender dichas fronteras, por si
hay aún algún ignorante que dude de ello.
Por todo ello, desde DANZARIA, seguimos disfrutando y
apostando por EL ARTE.
ENLACE DE INTERÉS
A todos los que trabajan por el arte y la danza, a los que crean y a los que bailan: ¡muchas gracias!
Gracias por compartir y seguir este blog. Bienvenido a cualquier comentario o sugerencia: Sergio.
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NOTICIAS (¡Ni te imaginas la cantidad de cosas que tenemos para contarte!)
Tus descripciones y el poco tiempo del vídeo me han hecho disfrutar minutos de una original y actualizada versión.
ResponderEliminarCoincido plenamente en que el Arte une lenguajes de todo tipo y transforma sociedades. Gracias
Gracias a ti por tu comentario Lily.
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