Capítulo de su libro "Revelando Movimiento y
Emoción" publicado en 2013. (disponible en Amazon).
“Veamos la parte llena de nuestro vaso. Utilicemos
este tiempo para profundizar con tranquilidad acerca de nuestras prácticas artísticas.
Con amor y gratitud, Anabella”
QUIERO SER LA ETERNA ESTUDIANTE
Portada del libro de Anabella Lenzu |
Como bailarina, mi momento de mayor crecimiento creativo y
técnico, se dio durante los años 1995-1999, en mi ciudad natal, Bahía Blanca
(Argentina). Al dirigir mi propia escuela L’Atelier Centro Creativo de Danza,
todas las mañanas con Soledad Gutiérrez (mi asistente), enseñaba y me
"auto-daba" clases desde las 10 hasta las 14. ¿Por qué ese esquema de
trabajo tan exigente? Porque se trataba de una cuestión de autodisciplina, de
autoconocimiento y de respeto por uno mismo.
Sin conciencia y sin madurez nada da sus frutos en la vida,
y aún más, en la carrera de un bailarín. Reconozco este período como uno de los
más significativos para mí. Porque a veces, aunque la pereza me tiraba de la
mano, sabía que sin esfuerzo no era posible el crecimiento y una voz en mi
interior me invitaba a creer en mí misma y a seguir adelante.
Aunque no me sintiera al cien por ciento, me levantaba,
tomaba un té y salía para mi estudio.
Esta era mi rutina: una hora de estiramiento y preparación
física, otra hora de trabajo en la barra, y una hora de ejercicios en el
centro, para finalizar ensayos de mis coreografías. Qué difícil es para todos
nosotros la disciplina y el compromiso de encontrarnos día a día con uno mismo.
¿Por qué nos cuesta tanto generar el tiempo para dialogar
con nosotros mismo, a través del movimiento, si sabemos que después de
realizarlo nos sentimos mejor?
La pereza, las distracciones, el miedo a no poder lograr
nuestras metas, a conocer las propias limitaciones, son algunos de los
monstruos a vencer.
¿Por qué luego de tantos años de tomar clases con otros
maestros, añoro tanto este periodo? Soy a la vez mi mejor estudiante y mi mejor
maestra.
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Este período fue y será mi mejor regalo: dedicar tiempo para
escucharme y para recrearme a mí misma.
Hoy por hoy, viviendo en Nueva York, siendo madre y esposa,
trabajando como profesora en tres universidades y dirigiendo mi propia compañía
de danza, siento que las distracciones a veces "me comen", y no me
permito el placer de autoescucharme nuevamente.
Compañía Anabella Lenzu Foto: Todd Carroll |
La vida del bailarín es una constante lucha donde se
intercalan períodos de pleno desarrollo y trabajo, pero también de
distracciones y autoevasión.
La conciencia y autodisciplina que logré adquirir en este
tiempo, me acompañan hasta el día de hoy y me ayudan para poder afrontar mi
vida. Porque interiormente sé quién soy.
Uno se pone a prueba diariamente mirándose al espejo,
tratando de descifrar quién es la persona allí reflejada. Muchas veces no
queremos ver la realidad, preferimos hacer "la vista gorda" o generar
una falsa imagen de nosotros mismos.
Fui bulímica, con la paciencia y control de mi familia, y
especialmente de mi mamá Graciela, pude superarlo. Apelé a mis límites físicos
y mentales más de una vez.
He sufrido de ataques de pánico cuando sentía que no podía
controlar mi vida, y también gracias a Dios lo pude superar escuchándome,
enfrentándome al espejo y cerrando los ojos para verme hacia adentro. Este es
mi training como bailarina, el mismo que aplico día a día, en todas las áreas
de mi vida.
El desarrollo de la propia percepción
Cuando bailamos, y luego de años de training, desarrollamos
la capacidad de vernos exteriormente y de entender cómo el público nos percibe.
Construimos el andamio, el esqueleto de nuestra personalidad artística, pero así
como construimos la carcasa, también construimos nuestro interior.
Al cerrar los ojos muchos monstruos aparecen: el miedo, la
inseguridad, la búsqueda de la perfección, la autorepresión y censura. Al
cerrar los ojos no podemos mentirnos a nosotros mismos. Debemos estar aquí y
ahora, sin dejar de transportarnos a otros lugares a través de la imaginación.
Ese cordón umbilical, que conecta la oscuridad con la luz, se construye
lentamente a través de años de constante trabajo.
Los invito a sumergirse en ustedes mismos para así buscar el
autoconocimiento, porque sin ello andaremos perdidos por la vida, caminando con
los zapatos de un desconocido, privándonos del placer de crecer,
transformarnos, y así encontrar finalmente nuestro equilibrio interior.
Este período, en la Argentina, fue mi laboratorio creativo y
pedagógico.
Un lujo al cual me gustaría acceder a diario y una
invitación para todos ustedes a intentarlo.
Si tienes algo para contar o reflexionar, escribe a blogdanzaria@gmail.com y te responderé lo antes posible. Gracias.
ESCRIBIR SOBRE DANZA TAMBIÉN ES HACER DANZA
A todos los que trabajan y hacen posible la danza, el arte y la cultura, muchas gracias. Sergio
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