Cuerpo-paisaje de Roberto Carrillo |
Introducción
Esta
investigación se enfocó en el estudio de las posibilidades rítmicas y sonoras
dentro de la danza en la actualidad, sobre todo con el objetivo de poder
enriquecer los procesos y resultados creativos en el campo de la danza escénica
contemporánea.
Era
necesario comprender y ampliar la relación existente entre la música y el
movimiento dancístico. Por lo cual
el objetivo principal de mi investigación de tesis fue desarrollar una serie de
“Herramientas para la creación de una danza sonora”.
A
continuación, expongo solo una parte del desarrollo teórico en torno al ritmo
en la danza. Partiendo de diversas fuentes especializadas, estudiando su definición
etimológica en varios países; analizando su campo psicológico y biológico.
Seleccioné y desarrollé específicamente las definiciones y estudios más concernientes
relacionados con la danza, pensando al ritmo como ente esencial del movimiento.
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Hacía la construcción de una teoría dancística colectiva sobre el
ritmo
Posterior al estudio de las definiciones griegas,
diccionarios de varias partes del mundo, libros especializados en teoría
musical, libros con análisis filosófico y psicológico en torno al ritmo. Tuve
la necesidad de generar un documento teórico, que además condensara la reflexión y sabiduría del gremio dancístico
mexicano.
Así que, en esta investigación, puse la primera
piedra, para comenzar a recopilar y crear un primer documento sobre las nociones
rítmicas de la danza; desde la concepción de quien interpreta y crea
profesionalmente danza en México.
Decidí realizar una encuesta abierta, acotándola a
quienes desarrollaron su ejercicio profesional dancístico, en la Ciudad de
México durante el año de 2018. Entre otras preguntas, la fundamental fue: ¿Para ti qué es el ritmo? La dinámica indicó condensar
varias ideas, experiencias, definiciones y prácticas de movimiento relacionadas
al ritmo; debido a lo esencial que resulta para mí, el hecho de sostener una teoría
de las cualidades del ritmo en el arte danzario, desde su concepción plural;
pues la danza es por excelencia un arte colectivo.
A continuación, muestro una selección de las respuestas que obtuve:
• “¿Para mí que es ritmo? Ritmo es evolución, es
pulsación, es la unidad básica para el desarrollo de cualquier dinámica, es un
patrón constante que hace visible las diferencias que no pertenecen a él.” Alicia Ocádiz, (2018). Premio Nacional de
Danza I.N.B.A.-U.A.M. Mejor intérprete en la edición del 2012
• “When I was little, I thought they are different. "Rhythm"
sounds like for kids or someone who is not professional, and
"movement" is for professional dancer... BUT they are same for me
now, cuz when i make some movement, it starts from Rhythm or gestures. Bo
Lee, (2018)
Traducción: “Cuando era pequeña, pensaba que eran diferentes. "Ritmo"
suena como para niños o alguien que no es profesional, y "movimiento"
es para bailarinas profesionales ... PERO son lo mismo para mí ahora, porque
cuando hago algo, comienza con Ritmo o gestos“. Bo Lee, (2018) Premiada como mejor solista dentro del Festival
Internacional de Danza Contemporánea de la Ciudad de México -FIDCCDMX- en su
edición 2018.
• “Ritmo es una métrica universal dentro de la cual estamos integrados.
Como materia que somos obedecemos a una métrica que dicta cómo existir en
cohesión. Como seres humanos y encaminado hacia lo dancístico, puedo afirmar
que el ritmo lo marca la respiración, celular o no... La respiración humana
determina el ritmo (métrica) con el cual habita el espacio (escenario)”. Roberto Ximénez, (2018) Bailarín y
docente de danza folklórica mexicana y española.
• “El ritmo para mí es como el
carácter de las frases de VIDA. Las frases desde lo macro y también desde lo
micro, se caracterizan y diferencian por sus cualidades rítmicas. Y claro que
en la palabra FRASE también incluyo a las frases musicales, las frases de
movimiento, etc. El ritmo en sí mismo es movimiento y el movimiento sucede a
través de sus diferentes ritmos. Así que desde mi perspectiva son indivisibles
uno del otro, ya que son parte de un TODO mucho más grande.” Myrna de la garza
(2018) Docente, Coreógrafa, y bailarina profesional de danza
contemporánea. Sistema Nacional de
Creadores de Arte selección 2018.
•”El ritmo es la sinergia entre el
pulso cardiaco y la música”. Marco
Antonio Hernández Rojas, bailarín profesional y estudiante de último año de
la licenciatura en Danza Contemporánea en la Academia de la Danza Mexicana del
I.N.B.A.L
•”El ritmo (para mi) Es un patrón reconocible por muchos tipos
inteligencias.” Edisel Cruz G.
Bailarín y coreógrafo profesional de danza contemporánea, Ganador del premio
Nacional de Danza I.N.B.A-U.A.M 2017.
•
“Para mí (Miguel):
Todo. La pulsación es todo para mí, para mi trabajo, para mis gustos, para mi
persona, para mi estado anímico. …la única conexión
invisible entre: el músico, el bailarín, actor y el espectador. Es la única
manera de conversar entre nosotros, dialogar sin la necesidad de decir una sola
palabra.” Miguel Pérez García. Músico, Bailarín, Coreógrafo,
Cantautor, y coreógrafo finalista en premio Nacional de Danza I.N.B.A. U.A.M
2017.
“Sin música no hay danza. Sin movimiento
corporal tampoco. La danza, por lo tanto, sólo ocurre cuando el cuerpo realiza
movimientos a partir de un determinado ritmo”
Escola (2018)
A partir de la frase de Escola y todos los apartados, hasta aquí
escritos, del presente capítulo, comencé a desarrollar un planteamiento propio
acerca del ritmo implicado en la danza. Si pensamos la música como expresión
sonora, con intención poética[1]
precisa, podemos entonces, considerar también como expresión musical, al
tratamiento extra-cotidiano de los sonidos internos del propio cuerpo humano al
danzar. Así el ritmo del latido del corazón o la respiración, por mencionar
solo algunos sonidos intrínsecos del cuerpo humano, forman parte indisoluble de
los movimientos corporales presentes en la ejecución de cualquier danza.
Por tratamiento extra-cotidiano, es preciso aclarar que se trata del
conjunto de acontecimientos, desde la
preparación física previa, hasta el momento en donde se desarrolla la obra
dancística frente a público, sobrepasando las actividades primarias,
biológicas, natas de los seres humanos; ya que en ambos casos, el cuerpo se ve
inmerso en un tiempo y espacio ritual, ya sea de carácter sacro o profano, que
eleva al cuerpo, hacia un estado de alteración de la consciencia, con
intenciones estéticas precisas. En este acto se genera un derroche de energía
tal, que supera el requerido para la supervivencia y actividades humanas
cotidianas.
Dentro de la danza existen varios tipos de ritmos, el ejemplo más
inmediato y utilizado generalmente, en todas las puestas escénicas, son los
ritmos musicales. También encontramos los ritmos propios de la escenificación, que normalmente tienen que ver con el tiempo de duración de las escenas,
la velocidad en la que transita la historia o secuencias, el flujo de los
sucesos performáticos, la intensidad, la frecuencia y periodos de iluminación;
los ritmos visuales de salida, permanencia o entrada de la escenografía,
vestuarios y utilería.
Sin embargo, existe un ritmo, que
se encuentra presente en absolutamente todas las puestas escénicas, sin el cual
es inconcebible el acto artístico y al que he decidido nombrar: ritmo corpóreo.
A continuación, me detengo a desarrollar esta idea, que titulé en plural
a propósito de la naturaleza del acto escénico y artístico; ya que relaciona
los varios ritmos de un mismo sujeto y porque se desarrolla con y para un
conjunto de seres humanos.
Ritmos corpóreos
Sabemos por definición, que el ritmo implica flujo, es decir movimiento,
secuencialidad de algún motivo-figura-elemento. En la danza, el ritmo se genera
por concatenación de flujo de pensamientos, flujo energético y flujo de las
distintas partes del cuerpo por el espacio. Este flujo de movimiento dancístico, se teje
de manera armónica, retroalimentándose desde el interior y el exterior de cada
ser humano que convive en el acto artístico.
Existe un ritmo interior biológico, que engrana varios campos
concernientes a las dinámicas vitales de cada individuo. Desde los procesos
bioquímicos más microscópicos de cada célula; los ritmos endógenos de sus
frecuencias cardíacas y respiratorias; los ciclos digestivos, límbicos y
hormonales; hasta el propio flujo energético, resultado de la combinación del
estado emotivo y psicológico de cada ser.
En conjunto, por sincronicidad operativa, se ha de configurar un único
ritmo individual, para cada sujeto en cuestión.
El segundo ritmo corporal, implicado en el ejercicio dancístico, resulta
ser el más evidente para un espectador, ya que se trata del flujo de movimiento
de las partes más grandes del cuerpo humano. Este ritmo lo realiza el
intérprete, de manera voluntaria a nivel neuro-muscular y se manifiesta en el
sistema musculo-esquelético. A partir de cierta técnica y control corporal, el
danzante realiza diversas dinámicas de cambios de peso, transitando por
diversas posturas y alineaciones, mediante el uso consciente de sus
articulaciones. Lo que lo lleva a generar palancas y apoyos, modulados por un
energía cinética y potencial, que implica fuerza de contención, relajación y
extensión muscular. Permitiendo su capacidad de concentrarse, expandirse,
girar, rotar, suspenderse, caer, saltar, sujetar, soltar y doblar su cuerpo.
Debido a su condición genética única y a la decisión que toma para moverse,
dentro del vasto abanico de combinaciones posibles, es que se genera como
resultado, un flujo de movimiento único.
El tercer ritmo, tiene que ver con el ritmo en el espacio, no solamente
con el lugar físico que rodea al ser danzante, el cual crea formas y diseños
coreográficos cuando se traslada de un punto a otro. Si no también con la relación espacial, en un
plano meramente corpóreo, pensando al cuerpo como un territorio con enorme
potencial para vincularse con otro cuerpo.
Incluso si se trata de una obra unipersonal, dentro de la relación
corpórea se encuentra incluido inexorablemente el espectador, quien acompaña y
participa vivencialmente junto con el actor-performer durante toda la acción
artística.
Así, aunque en el acto dancístico (por poner un ejemplo hipotético)
existiera solo un bailarín, saltando, suspendiéndose, cayendo, extendiendo y
contrayendo sus extremidades o simplemente, haciendo vibrar, mover su propia
voz, o intencionado poéticamente su estabilidad corpórea dentro del escenario
y en tanto existiera sólo un espectador vivenciando la
obra; Tanto el bailarín como el espectador, siempre se encontrarían experimentando, engranando y reaccionando a
una serie de ritmos corpóreos propios y ajenos.
El espectador, desde su asiento, se encontrará moviéndose a nivel
celular, regulando y alterando sus propios ritmos internos; al reaccionar a los
efectos causados por percibir al sujeto danzante. Éste por su cuenta, también deberá
regular, tanto sus ritmos biológicos internos, que le permiten subsistir, como
los ritmos que decide encarnar desde el territorio dancístico, al generar
fluctuaciones de movimientos extracotidianos, antes, durante y después de la
función dada.
Solo cuando el danzante lleva al
límite sus flujos naturales, concatenados a sus flujos sensibles, psíquicos y
emotivos; los dirige con una intención de consciencia dancística y estos se
confrontan con los movimientos del espectador, fluyendo armoniosamente en un
espacio escénico; es cuando se genera el espacio donde conviven los ritmos
corpóreos dancísticos.
------
[1]
Poética: Adjetivo. Que participa de las cualidades de idealidad, espiritualidad
o belleza propias de la poesía.
Poesía: Sustantivo femenino: Cualidad de una cosa o de
una persona que produce un sentimiento o emoción estética y afectiva.
-Santos.
(2007, 08,28). Poética musical. Nueva
revista, 112, Recuperado de https://www.nuevarevista.net/libros/poetica-musical/
- Stravinsky.
(1970) Poetics of Music in the Form of
Six Lessons. United States of America: Harvard University Press.
Autora: María Martha Urbina Beltrán – México 2020
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