martes, 13 de noviembre de 2018

La delicada belleza y emoción de “El Cascanueces” de José Carlos Martínez al frente de la Compañía Nacional de Danza española – Por Sergio Cardozo

Foto: Sergio Cardozo
El mítico cuento infantil de navidades en el lenguaje dancístico, al fin llega al repertorio de la Compañía Nacional de Danza española en la versión de su actual director José Carlos Martínez.

Merecidisimas han sido las ovaciones recibidas en su estreno en Pamplona y que circularon por las redes sociales, las mismas que cada noche ofreció el público en todas las representaciones en el Teatro Real de Madrid, entre el 3 y 10 de noviembre con esta nueva producción.

“Esta es la producción más grande que hemos realizado en la CND a lo largo de los 8 años de mi gestión en la compañía”, declaraba el Director y coreógrafo en la rueda de prensa. “El Cascanueces” es la segunda gran producción de uno de los grandes ballets clásico de repertorio en las grandes compañías de todo el mundo (la primera fue “Don Quijote” en diciembre de 2015), indispensables diría yo para acercar el lenguaje de la danza académica a niños y adultos.

CASCANUECES surge de un cuento infantil a partir de la adaptación de Alejandro Dumas (padre) del cuento “El cascanueces y el rey de los ratones”, de Ernst Theodor Amadeus Hoffmann; para conocer el cuento original y las historias sobre la creación de este ballet (allá por el 1892 en Rusia), dejaré varios enlaces para no detenerme en presentar esta nueva versión que nos ofrece la CND.

La literatura infantil está llena historias de personajes que, movidos por el animismo de objetos y juguetes trasladan a sus personajes al mundo infantil de sueños y fantasías; quién no recuerda a Pinochio o Petruska, por citar algunos. Y se conozca o no la historia de los cuentos, el desafío de un ballet narrativo es poder contarlo a través del lenguaje de la danza y la música; requiere además que como espectadores la predisposición a dejar atravesar nuestros sentidos a ese mundo mágico infantil y que llevamos dentro.

En este sentido, la propuesta que nos presenta José Carlos Martínez, el equipo de producción y los bailarines de la CND, tiene una factura impecable, delicada y muy cuidada en sus detalles que, sin recurrir a estruendosos montajes recargados del barroquismo habitual, hipnotiza, atrapa y emociona desde el primer momento. Huelgan aquí las siempre odiosas comparaciones; y no creo que labor de una compañía nacional de danza esté obligada a hacer antropología histórica de los ballets.

Quizás la necesidad agudice el ingenio y el talento, pero este CASCANUECES nos traslada sin esquivos a la noche de navidad en que Clara (su protagonista, María en el cuento original), recibe su regalo y nos sumerge a su mundo de sueños, desde el malvado mundo de ratones hasta el viaje por el mundo a través de sus danzas y al mundo de las hadas.

Lo realmente admirable es poder concebir un espectáculo de estas magnitudes contando con la mitad o un tercio de los medios de producción, bailarines o equipo técnico, con las que cuentan las grandes compañías del mundo. Pero ya he dicho, huelgan las comparaciones.





Os dejo a continuación más detalles, entrevistas e imágenes (preciosas fotos de Alba Muriel y Carlos Quezada), de algunos de sus personajes y protagonistas; y si este “Cascanueces” se te cruza en tu camino no dejes de verlo en directo, es un verdadero gozo que alimenta el alma, de ese niño que todos llevamos dentro.

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Foto: Carlos Quezada
Treinta años han debido de pasar para que la CND reponga una obra maestra de este breve cuento de navidad, con la música genial de Piotr Ilich Chaikovski; aunque mucho más años pasaron para que se le reconociera a este autor la grandeza de su obra (no olvidemos que por aquellas épocas y quizás como pase en nuestros días, ser compositor para danza era considerado de tercera categoría). Los que amamos la danza siempre esperamos con ansias cualquiera de los estrenos de nuestras compañías nacionales, aunque continúe la ceguera y parsimonia de la administración para brindarle su sitio de privilegio artístico que sigue aún sin llegar.

He tenido la suerte de ver este maravilloso espectáculo desde dos perspectivas distintas, la primera desde la quinta planta del teatro y la última función desde el patio de butacas, y ambas ocasiones mi atención permaneció inmutable de la magia sucedía. Ambas visiones permiten traspasar distancias para hacernos llegar la verdadera esencia de la danza: la calidad interpretativa de los bailarines que le dan vida y un contundente cuerpo baile que hace emocionar en el acto blanco del primer acto con las reinas de la nieve. Y perdón por influenciar a los próximos asistentes, y mira que lo había visto, pero desde el patio de butacas y sin ser de lágrima fácil, la música y las evoluciones de las reinas de las nieves en el escenario terminan por conmover el corazón y el lagrimal cuando comienza a nevar en el escenario a compás melodioso de un coro de niños que te transportan hacia ese viaje de fantasía.

Equipo artístico de El Cascanueces CND
Foto: Carlos Quezada
El montaje y coordinación artística que requiere una obra de este tipo es imposible de imaginar por el espectador despistado. Se deberían escribir libros enteros de cada uno de ellos o realizar un “making-of” cinematográfico para entender su envergadura.

Acompañaron a José Carlos Martínez para esta creación un equipo de artistas magnífico para lograr hacer realidad este sueño escénico. Manuel Coves en la dirección de la Orquesta estable del Teatro Real, Monica Boromello en el diseño de la escenógrafa, Iñaki Cobos figurinista del vestuario, Olga García con la iluminación, Manu Vera para los trucos de magia y Antonio Pérez asesor danza española.

Esta versión de Cascanueces se ubica temporalmente en una familia burguesa de principios de siglo XX y la puesta en escena es limpia, clara y sin atiborramientos de elementos no más allá de los necesarios, para nada anodina sino sutil y preparada para sus desplazamientos durante las escenas y que facilitan las evoluciones coreográficas y la entrada y salidas en la escena.


Igual de delicado y efectista es el vestuario. “Elegimos el 1910-20 para su realización porque fue la época en que ya no se usaban corsés, lo que permitiría mayor facilidad de movimientos a los bailarines”, relataba Iñaki Cobos en la rueda de prensa (un joven vasco diseñador de moda y exbailarín).

El Cascanueces - CND
Foto: Alba Muriel
 La elección de los distintos elencos para que den vida a todos los personajes es más que acertada. Un minucioso trabajo de selección que permiten lucir a todos los integrantes de la compañía, sea por su virtuosismos y calidad de las interpretaciones de los personajes encomendados, que nada tienen que envidiar a otras producciones.
Tal es así que Martínez decidió esta vez no convocar a figuras de renombre internacional para las funciones, porque “considero que la plantilla de la compañía ha adquirido un nivel más que digno para hacer frente a la obra”, declaraba también en rueda de prensa.




El Cascanueces, es ese muñeco regalado por navidad a Clara y que cobrará vida en sus sueños, primero para defenderla del oscuro mundo del reino de los ratones y luego para conducirla a un mundo lleno de danzas y fantasía.




Pero si hay un personaje que adquiere mayor relevancia en esta versión es el tío de Clara, “Drosselmeyer” excelentemente interpretado por Ion Agirretxe, que sorprende en la fiesta con sus trucos de magia y oficiará de hilo conductor y protector en el viaje de los sueños de su sobrina.


En el segundo acto de la obra, se suceden una tras otras las danzas en el viaje por el mundo en el que se sumerge la fantasía de clara, comenzando con la danza española, china, rusa, árabe y la francesa con los Mirlitones; hasta que finalmente el Hada de Azúcar y el Príncipe Coqueluche para honrar la visita de Clara al mundo de lo imaginario. El paso a dos del Hada y su Príncipe es quizás, junto al vals de las flores, las melodías más reconocibles a nuestros oídos.
El primero es emblema de ejecución para las grandes figuras y la segunda es la apoteosis final de este cuento infantil que nunca pasará de moda.



Podría extenderme indefinidamente y contar cada detalle desde distintas perspectivas y distancias del escenario, pero lo que es cierto que hemos asistido a un trabajo impecable, un trabajo titánico y arriesgado, pero que luce brillante, elegante y nos invita generosamente a la magia que debe producirse en un escenario.



¡Enhorabuena y gracias Compañía Nacional de Danza y José Carlos Martínez!

Foto: Alba Muriel

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PRÓXIMAS GIRAS CND / EL CASCANUECES
SAN LORENZO DE EL ESCORIAL. Teatro Auditorio Teresa Berganza.7 de diciembre, Viernes 19,30 h - 8 de diciembre, 2018 – Sábado, 19:00h (Agotadas)
SANT CUGAT DEL VALLÉS. Teatre Auditori - 14 de diciembre – Viernes, 20:00h; 15 de diciembre, Sábado, 20:00h
MURCIA. Auditorio y Centro de Congresos Víctor Villegas - 20 de diciembre - Jueves, 20:00h; 21 de diciembre - Viernes, 20:00h; 22 de diciembre, Sábado, 20:00h


A todos los que trabajan por el arte y la danza, a los que crean y a los que bailan: ¡muchas gracias!
Gracias por compartir y seguir este blog. Bienvenido a cualquier comentario o sugerencia: Sergio.

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