El bailarín, fotógrafo y maestro de danza contemporánea argentino, que reside en España hace 30 años, nos aportó su mirada y pensamiento sobre la cultura, porque en el arte “no vale todo” y no concibe que en España con la riqueza de músicas y danzas que tiene no haya programas de televisión estables de estos géneros.
Su necesidad por expresarse corporalmente lo transportó
primero a ser profesor de educación física, aunque siempre sintió “el gusanillo
por la danza” hasta que empezó a recorrer su camino, porque “la educación
física me limitaba mucho, está muy bien el entrenamiento corporal, pero con la
danza llegas a conocer cada rincón de tu cuerpo”.
En 1986 establece su residencia en Buenos Aires y realiza la
carrera de Expresión Corporal profundizando en técnicas de danza contemporánea.
“Lo importante que tiene la danza es la disciplina y la constancia, son los
pilares fundamentales, no se trata de llegar al virtuosismo sino poner las
ganas y la intención de hacer las cosas lo mejor posible”.
Cardozo es muy crítico al afirmar que “lo que no me gusta
es la llamada vanguardia donde no se baila, porque una persona que camine todo
el escenario y tarde media hora en realizarlo es para decirle ‘báilame’, que
para eso he pagado una entrada”, aunque comprende que la esencia es volver
“a lo básico”, sostiene que el artista debe brindar un plus porque “si solo
me ofreces eso me siento en el banco de una plaza, veo a la gente pasar y me
voy a divertir mucho más”.
No solo la danza contemporánea es su gran pasión también la
fotografía que lo acompaña desde su niñez e inicio junto a su hermano Martín
con la antigua cámara de blanco y negro de su padre, pero recuerda con una
sonrisa y una mirada de niño pícaro cuando tuvo su primera cámara digital: “Empecé
a jugar desesperadamente con las imágenes y ahí llegó la obsesión por la
fotografía”.
“La fotografía es un estado de ánimo, la inspiración del
momento o con la luz que te encuentres en ese tiempo” pero tiene muy claro
que “la fotografía es observación y la capacidad que tiene uno para llevarla a
cabo”, pero de repente se cuela nuevamente en la conversación la danza “en
donde también aplico la observación, la mirada, porque cuando realizas un
movimiento observas que músculos mueves para hacer cada ejercicio con los ojos,
con la cara, con la expresión, por eso la fotografía y la danza van juntas en
ese aspecto”.
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¿Le motiva la cultura que se está desarrollando en estos
tiempos?
No soy de añorar, veo todo lo que puedo, pero empiezo a
aburrirme de algunas propuestas del arte contemporáneo, entonces no me arriesgo
a pagar una entrada porque luego de ver obras tan grandes en estos tiempos está
el ‘todo vale’, y el ‘todo vale’ no es arte, está bien como provocación, pero
no es arte.
¿Entonces el artista dejó de ser un provocador al
considerar que ‘todo vale’?
El artista a lo largo de la historia siempre ha sido un
provocador porque tiene una mirada especial de la realidad y la plasma, ahora
con poner una silla patas arriba en medio de una sala no es arte.
¿Qué mirada tiene de la cultura y su ingreso al mundo de
las redes sociales?
Entiendo que ha nacido otra manera de hacer cultura que
es a través de las redes, pero las artes escénicas son para verlas en directo
por más bien que esté grabado un programa no es lo mismo, además tiene sus
contras, y una de ellas es que se quiera dar a entender que un bailarín puede
bailar en el salón o en la cocina de su casa y esto no es así, porque un
bailarín de élite necesita estar en el sitio que corresponde, que es el
escenario.
¿Entonces el arte y las redes sociales las considera
incompatibles?
Las redes han invadido el arte, entonces se corre el
riesgo de que la gente que desconoce el arte crea que se puede hacer lo que sea
en cualquier sitio y eso no debe ser así y no es la realidad.
¿Cómo observa a España en la danza y en las artes
escénicas?
España con la riqueza de músicas y danzas que tiene no sé
cómo aún no hay programas de televisión estables de estos géneros porque hay de
toros, está la misa del domingo, pero de danza y canto español no, y eso es una
deuda pendiente de este país, y por supuesto la falta de voluntad política que
prefiere gastar el dinero en otras cosas. El Ballet Nacional de España que
realiza unas coreografías increíbles debería estar más programado. Todavía hay
mucho prurito con estos temas desde que finalizó la dictadura.
¿A la política no le interesa la cultura u observa
determinada cultura?
Muchos países aún no se han dado cuenta que la danza es
una industria que crea puestos de trabajo, esta obsesión de querer acelerar un
producto vendible muchas veces pierde calidad artística y con la danza también
pasa, en el caso de España con el mero hecho de recibir una subvención para
crear obras todos los años transforma al arte en una máquina de hacer chorizos,
crear lleva su tiempo, paciencia, tener un cuerpo de bailarines, el escenógrafo,
la iluminación, eso cuesta dinero, y si no lo comprenden quienes llevan
adelante la cultura de un país se va a seguir haciendo, lamentablemente, más chorizos”.
Sergio Cardozo es bailarín, maestro de tango, de danza
contemporánea y fotógrafo que aplica sus conocimientos al movimiento y al
sentido de la danza. Es intelectual, observador y sensible, pero sobre todas
estas cosas, Sergio Cardozo es artista.
Entrevista realizada en el mes de junio 2021 por LUIS
VIVIANT ARIAS para la revista digital de corresponsales ACPI, Asociación de los
corresponsales de prensa Iberoamericana en Madrid, España.
WEB ACPI: https://corresponsalesacpi.es/
EXPOSICIONES FOTOGRÁFICAS DE SERGIO CARDOZO EN YOUTUBE
A todos los que trabajan por el arte y la danza, a los que crean y a los que bailan: ¡muchas gracias!
Cuenta PayPal: danzabailetango@gmail.com
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