lunes, 12 de julio de 2021

LA BELLA OTERO, magistral espectáculo creado por Rubén Olmo para el Ballet Nacional de España – Por Sergio Cardozo

La Bella Otero, estreno absoluto del Ballet Nacional de España en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, del 7 al 18 de julio de 2021.

Coreografía: Rubén Olmo. Dramaturgia: Gregor Acuña Pohl. Dirección musical: Manuel Busto ante la Orquesta de la Comunidad de Madrid. Música: Manuel Busto, Alejandro Cruz Benavides, Agustín Diassera, Rarefolk, Diego Losada, Paul Vallet, Enrique Bermúdez y Manuel Cano. Diseño de escenografía: Eduardo Moreno. Diseño de vestuario: Yaiza Pinillos. Diseño de iluminación: Juan Gómez-Cornejo.

Fotografías: María Alperi

Asistimos a la tercera creación de Rubén Olmo que realiza como director del Ballet Nacional de España, después de los éxitos con "Invocación" y "De lo flamenco" (homenaje a Mario Maya). Estado de pandemia de por medio, que obligó a suspender casi todas las giras y actuaciones de la compañía, nos presenta esta superproducción que narra la vida de la española más célebre de las artistas de la Belle Époque francesa, Agustina Carolina del Carmen Otero Iglesias,​ más conocida como Carolina Otero o La Bella Otero.

No es reto fácil para un coreógrafo realizar un espectáculo narrativo de gran formato, más aún si se trata de un personaje real, controvertido y enigmático, quizás escuchado su nombre pero poco conocido, aún más, por las lagunas y contradicciones que envuelven su historia, muchas de ellas inventadas por  la propia Otero. 

La historia sobre "La Bella Otero", contada por el Ballet Nacional de España, es un producto artístico brillante y mágico. Desde la puesta en escena, la impecable producción del vestuario para cada cuadro, la perfecta utilización de la iluminación y la original composición y adaptaciones musicales, interpretadas por la Orquesta de la Comunidad de Madrid y músicos invitados, puesto todo al servicio de su argumento. Pero si algo podrá disfrutar cualquier que asista a esta representación es de danza, mucha danza y de todos los estilos, desde el folclore hasta la danza contemporánea, la estilizada y el flamenco, incluyendo números sorprendentes para ubicarnos en la época y la situación geográfica.


Más que merecidas ovaciones deben ser dirigidas a todo el elenco de bailarines y bailarinas de este, nuestro Ballet Nacional de España. Destacar a la bailarina invitada Patricia Guerrero  para realizar el protagónico, y Maribel Gallardo, como hilo conductor de La Otero en su madurez, pero también a cada uno de los personajes solistas, secundarios y todo el cuerpo de baile que son capaces de demostrar su gran labor técnica y versatilidad, tanto en la ejecución y como en la interpretación.

Rubén Olmo compartió en la presentación ante la prensa que "soñó con esta historia para llegar a convertirla en un gran espectáculo", y decidió que, "ahora que estaba en el Ballet Nacional, era el momento idóneo para hacerlo". También lo que más le atrajo, cuando conoció la historia, fue "cómo la mujer más famosa y deseada de su época, hubiera nacido en un pueblo de Pontevedra". En este mismo encuentro con los periodistas insistió que el proyecto es el producto del gran equipo de profesionales que le rodearon en cada aspecto técnico y artístico, con especial agradecimiento a todo el elenco que dirige.

Pecando de simplista en la síntesis de la historia de La Bella Otero, se trata de una mujer violada a los diez años, que huye de su pueblo embarcada en una caravana de comediantes con doce, donde aprende algo del oficio de artista. Vendida o entregada a un duque portugués que promueve su carrera como bailarina y cantante, hasta que conoce a un gran productor en Barcelona que la catapulta a América y, desde allí, a estrella de la Belle Époque de París. Ella misma logró forjarse este gran personaje, ejerciendo también la prostitución, y así logra codearse de reyes y aristócratas europeos, con los cuales logra, además de su gran fama, acumular una gran fortuna, que termina dilapidando a causa de su ludopatía, tras cincuenta años de enclaustrada por voluntad propia, cuando se retira de los escenarios con 46 años.

Contar una historia de estas características no es empresa fácil, más aún contada desde el lenguaje de la danza, y no tendría sentido tener que parcelarla porque perdería algo más que su esencia. Se echa en falta, como espectador, un merecido descanso entre los dos actos, pero son más que comprensibles los límites y medidas de precauciones necesarias en el actual estado de pandemia. 

Si hay algún pero a este gran espectáculo, es la extensión de algunas escenas, aunque si de lo que se trata es de disfrutar de danza, siéntate y goza. Ni siquiera en las escenas más intrepretativas se deja de bailar, incluso hay momentos en que la música y la luz son capaces de transportarte a imágenes cinematográficas o a un mundo pasado que ni siquiera imaginabas.

Hasta aquí podría llegar esta crónica, pero como no tengo limitación de espacio, con seguidores que se toman el tiempo para su lectura, continuaré con algunos apuntes más sobre el personaje, este excelente montaje y alguna que otra historias más...

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Rubén Olmo, tiene tras de sí una carrera y experiencia como bailarín y creador que avalan su trabajo (Premio Nacional de Danza 2015). Esta temporada supone su segunda etapa en el BNE, compañía de la formó parte como bailarín entre 1998 y 2002, en el que ingresó con 18 años y llegó a primer bailarín un año después. Antes de formar su propia compañía en 2006, interpretó y creó coreografías para varias agrupaciones privadas de renombre. Ha sido maestro en el Centro Andaluz de Danza (CAD) de 2008 a 2018 y director del Ballet Flamenco de Andalucía (BFA) de 2011 a 2019.

Tampoco le es ajeno a este creador nato, arriesgar con un gran ballet para contar la historia de un personaje, por mencionar alguno de ellos, muy contrapuestos, "Belmonte" en 2006, "Pinocchio" en 2007 o "Las tentaciones de Poe" en 2012. 

La Bella Otero con María Félix


¿Quién fue en realidad La Bella Otero?

Podrían hacerse muchas interpretaciones, juicios e inundar de prejuicios de esta mujer que, tras su tragedia, y posibles traumas, causados por la violenta violación de niña, pude ser capaz de reinventarse y construir una realidad que supera una simple quimera. De hecho se han escrito nueve biografías sobre su vida, la primera de ellas en 1926 relatada por ella misma y escrita por Claude Valmont,  "Les Souvenirs et la Vie Intime de la Belle Otero". Tres películas intentaron retratar su vida, incluso un miniserie de televisión que se difundió en varios países.

El espectáculo que nos ofrece el Ballet Nacional de España, transcurre por diferentes épocas de la vida de Carolina Otero (1868-1965), desde su niñez violentada en una romería de su pueblo Valga (Pontevedra), el trajín como artista ambulante y de cabarets o café cantantes.

Promo serie La Bella Otero


Carolina Otero, además de algún talento para el canto y el baile, tiene que haber sido una personalidad atrayente, enigmática, sea por su atractivo o al menos por la sensualidad y erotismo que dejan traslucir muchas de las crónicas, cuya historia se desarrolla en una realidad política-social de expansión y explosión en todos los ámbitos, no solo en los artísticos.


Lo que fuera un diamante en bruto, fue refinado en manos del cazatalentos Jungers, quien la insta a formarse en baile, canto e interpretación, catapultándola al otro lado del Atlántico, cuyo periplo comienza en New York y otras ciudades del continente americano. A su regreso, entra a formar parte de la cartelera de grandes Cabarets, entre ellos el mítico Follies Bèrgert, en el cual comparte cartel con la mítica Loie Füller (considerada pionera de la danza contemporánea), que también se interpreta en escena.


Pero lo que más atrae de carrera es su encanto para seducir a los hombres, sobre todo de los monarcas de palacio de toda Europa, fue amante de Guillermo II de Alemania, Nicolás II de Rusia, Leopoldo II de Bélgica, Alfonso XIII de España, Eduardo VII del Reino Unido, Alberto I príncipe de Mónaco y del político Aristide Briand, entre otros que se sepa, y por el que se le bautiza también como "la cortesana". Incluso llega a intentarlo con otro personaje conocido de la época, el "profeta/brujo" Rasputín, que aparece en una de las escenas, interpretado por el propio Rubén Olmo. Pero fueron muchos más sus amantes, incluido su mentor Jungers, que termina suicidándose cuando le abandona, uno de otros tantos que se cuentan con el mismo final. 

La "femme fatale" Otero, gracias a su fama y líos de cama, llegó a reunir una fabulosa fortuna que debido a su adicción al juego y la ludopatía, fue dilapidando en los casinos de Marsella, Montecarlo y Niza, durante su vida en activo y luego en su retiro con 46 años, hasta su muerte. Según sus propias palabras "su mayor amor es ganar, y su segundo amor es perder", de los hombres que se cruzaron en su vida dice: "A todos les he visto egoístas y gozadores, dispuestos a cualquier sacrificio con tal de satisfacer su deseo, pero incapaces de ofrecer un gesto de verdadera bondad y de amor" 


La Bella Otero que nos propone el Ballet Nacional de España, es una demostración clara y contundente de su gran capacidad para grandes espectáculos. Con una puesta escenográfica sencilla, nos hace transitar de una manera fluída para llegar a conocer algo de esta gran estrella española. Elementos de atrezzo y sencillos movibles nos transportan a su lugar y geografía. El incesante despliegue de la impecable realización del vestuario nos trasladan a su tiempo de una manera magistral, por su gran diversidad estética y estilística, incluso nos recuerdan algún musical de broadway o asistir al propio Follies Bèrgert. Música e iluminación acompañan en todo momento los cinco sentidos. Pero sobre todo la danza, de principio a fin, y en sus distintos registros, ritmos y estilos, siempre la danza. De eso se trata un espectáculo de danza, ¿no?

Cuidado al detalle es incluso el programa de mano, un medio didáctico para entender mejor este espetáculo y su personaje. Sobre todo el detalle de nombrar a cada uno de los intérpretes y autores de cada una de las escenas. Hasta en eso hay que ser explícitos, en un país donde la gran mayoría de la gente sigue confundiendo al BNE (Ballet Nacional de España), con la CND (Compañía Nacional de Danza), que no son lo mismo, ni en cuanto a estilos ni repertorio.

LA BELLA OTERO. Hablan sus creadores y artistas. 

Ballet Nacional de España (10 min.)


A todos los que trabajan por el arte y la danza, a los que crean y a los que bailan: ¡muchas gracias!

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2 comentarios:

  1. Gracias por relatar la historia y los vericuetos de la vida de una mujer aplaudible. Se nota tu pasión por la Danza y nos la transmites. Mientras leía sólo quería estar sentada viendo. Y hasta me fijé si había algún vídeo!!!!

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